Todo se repite, elípticamente.
Las palabras serán ignoradas. Guerra, hambre, muerte, silencio.
La nueva sangre será guardada. Atesorada por Dioses debilitados por el tiempo y la falta de alimento. Sus ancestros más cercanos también los protegerán. También se extinguirán, salvo uno. Eternidad.
Vuestras ciudades volverán a asfixiarnos, vuestra ceguera nos enfermará. Los últimos que quedamos seguiremos observando, a pesar de todo. Explotaréis el suelo, explotaréis el cielo, explotaréis los astros y os aplastarán.
Durante mil años os veréis obligados a vivir bajo tierra, lo sabeis ya lo habéis vivido, ya lo hemos visto. Cobijados bajo cúpulas de cristal trataréis de salir adelante, porque no podéis evitarlo, para eso fuisteis creados, a pesar de todo.
Tendrán vuestra fuerza, tendrán la respuesta. Serán hijos de Dioses y serán vuestros hijos. La única forma de que sobreviráis entonces, será desaparecer para siempre. Su esencia sobrevivirá cuando la vuestra se desmorone, a pesar de todo.
Ya lo hemos visto, y volveremos a verlo, porque el silencio siempre vuelve, y la acerca mas a vosotros.
Porque ella se acerca, a pesar de todo.
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